martes, 30 de junio de 2020

Matriz de Relación Vincular en procesos formativo pedagógicos

David Alejandro Solana 
Elizabeth Becerril Díaz






Segunda obra de los investigadores David Alejandro Solana y Elizabeth Becerril Díaz para la Colección Lector in fabula de nuestro sello editor. Un libro que presenta, en más de cien páginas, con diversos ejemplos desde lo gráfico y textual, de lo que los autores denominan MRV (Matriz de Relación Vincular).



Introducción

“El hombre no comenzó por razonar, sino por sentir”
Jean-Jacques Rousseau


En el amanecer de la especie, el ser humano dedicó todo su empeño a construir armas para poder sobrevivir a sus depredadores; desarrollando herramientas que lo llevaron a imponerse como la especie suprema al resto. Así fue creando objetos que lograron manejar los recursos naturales, perfeccionando, sincronizando ele­mentos y corrigiéndolos, mejorando estrategias, orquestando, dia­gramando sistemas y técnicas. La razón tomo espesor en la inercia desde aquel terror primigenio de indefensión; entre el silencio y los sonidos de una naturaleza nocturna y amenazante, tras un proceso emancipatorio, ha de llegar al actual e irrefrenable dominio sobre el mundo real y virtual. Pues, tal tendencia se extiende hasta hacer de su semejante una posesión más en ambos planos. El mundo interno, es decir, los sentimientos, la intuición, la madurez, la empatía, la tristeza, la sexualidad y todo aquello intangible que nos determina como seres humanos, paulatinamente, ha ido perdiendo cada vez más espacio. Desestimando ese universo, relegando su estudio, su investigación y su exploración nos encuentra en la actualidad ante una patógena asimetría relacional entre la razón, el conocimiento y la espiritualidad, lo emocional.

En tanto seres humanos formamos parte de una sociedad que padece hoy un fuerte vacío de sentido socioemocional; el cual, es visible en los diversos ámbitos sociales, filiales, laborales, y demás espacios; tanto en lo individual, como en términos grupales.
Una isócrona falta de respeto a sí mismo y hacia el otro, sinónimo de sacrilegio intra e interpersonal, se retroalimenta en múltiples y diversas modalidades entrelazadas en espiralado progreso pernicioso; avanza, cual metástasis, tiñendo el tejido social; así pues, derrama su correlato impregnando el transversal educativo. Tal vacío de sentido socioemocional produce simetrías-asimetrías anómalas en la totalidad de la cadena vital. En esta viciada circularidad regresiva, el ciclo alcanza el actual estado de las cosas; al que, la presente Educación, se allana brindando entidad y consecución generacional a una instituida sobre dimensión valorativa del conocimiento; de la instrucción, en contrapunto, al desigual desarrollo y al deficiente tratamiento de la sensibilidad, la imaginación, la intuición, las emociones.
Pensemos un sensible ejemplo, consideremos el hiperdesarrollo tecnológico en el campo de la genética; hoy nos abre un panorama reproductivo y terapéutico inconmensurables; pero, con­tradictoriamente, por un lado, cuesta tanto vivir la sexualidad de manera saludable, sana, con madurez, con respeto por la libertad; y, por otro lado, resulta problemático compaginar la más ejemplar, vital, romántica, estructural y estructurante paradoja humana: nece­sitar dos para crear uno; con el actual e incipiente artificioso poder de “fabricar” un ser humano por pedido, a la medida de uno.

Por una parte, nos habla del laberíntico momento que atraviesan las relaciones vinculares; por otra parte, es un ejemplo que nos aleja de concebir un desarrollo de la especie humana en términos de evolución; más bien, resuena con otros ejemplos similares, disponiéndonos a pensar en una latente maniobra manipuladora; consolidando la imperante matriz conceptual de dominio a través del desarrollo tecnológico y científico.
Así pues, nos hallamos transitando por un cambio de pa­radigma. Resultando cada vez más contrastantes las diferencias y elocuentes las repercusiones, tanto individuales como sociales, intergeneracionales de los últimos 50 años. En ese sentido, la articulación de los saberes socialmente productivos preindustriales e industriales, que coexisten en los países emergentes con los saberes propios de la sociedad digitalizada, obliga a tomar en cuenta a los sectores sociales que el neoliberalismo salvaje ha condenado a la exclusión. Ningún sujeto adulto puede hallarse ajeno al respecto; tomando entidad de deber en el rol docente y en la función educa­tiva. Sostenemos que el correlato transversal del entramado educa­tivo, refracta y réplica binariedades deficientes e improductivas de diversa índole; implicando un proceso sistémico de deterioro.
Urge así una profunda y reparadora autocrítica de las políticas educativas, que le permita estar a la altura de las expectativas de un mundo global, interconectado, pluricultural, diverso y mutable como el actual. Ante dicho cuadro de situación consideramos fundamental recomponer vínculos; intra e interpersonales. Creemos pertinente su abordaje mediante un lenguaje simple, adaptable e inclusivo. En tal sentido, la música, tan universal; ontológica y filogenéticamente humana, resulta un lenguaje al alcance de todos. El sonido en tanto soporte matérico y la música como lenguaje significante resultan clave en el proceso de estructuración y desarrollo de todo ser humano.


A tal efecto, creamos una herramienta llamada Matriz de Relación Vincular (MRV Solana & Becerril) que garantiza el proceso espiralado y dialéctico del modelo MRV. Por un lado, valiéndonos del potencial propio de esa música que nos representa, de esos cambios neurofisiológicos que nos generan esas canciones que hablan de nuestro ser en ella, logramos traducir dicha empatía, del orden de lo inefable, en una conexión comprometida entre educando-educador, configurando el entramado formativo-pedagógico. Generando un cambio de paradigma a través de escenarios inclusivos, contenedores y estimulantes, donde el aprendizaje compartido emerge hacia una instancia co-constructiva del objeto de conocimiento, promoviendo abordajes interdisciplinarios acordes a la complejidad del mundo actual. Por otro lado, permite direccionar la virtuosa maleabilidad del espectro sonoro musical y, a partir de dichas canciones, construir significantes analogías con las diferentes asignaturas.
Toda canción contiene en sí matemáticas, física, química y lenguaje (por su naturaleza y forma de transmisión, son ondas en patrones definidos por medio de un lenguaje inclusivo, desencadenando sustancias que promueven cambios neurofisiológicos), lo cual nos asegura un virtuoso abordaje de las disciplinas referidas; pero también nos permite erigir analogías con la totalidad del aba­nico curricular.
En tal sentido, la MRV nos faculta utilizar el espectro sonoro-musical, usufructuando sus facetas de arte, ciencia y comunicación, permitiéndonos articular sus cualidades de manera sistematizada y sustentable. Al aplicar ejes cartesianos auspiciamos el secreto “matrimonio” entre música y matemáticas. Homologando los ejes abscisa-ordenada como ejes sintagmático-paradigmático, respectivamente, logramos desplegar en términos semióticos el potencial connotativo, evocativo y denotativo del espectro sonoro-musical.
Conformando una concertada y dialéctica unión: melodía (abscisa x), armonía (ordenada y) y ritmo (cota z).
A través de este último, en tanto organizador y ordenador de tiempo-espacio, nos adentrarnos en términos físicos al concepto de cuarta dimensión. Por su concepción referencial y ordenadora, dicha matriz, resulta eje de lectura del acontecer cotidiano convalidando analogías como significantes vías de acceso formativo-pedagógico. Por su versatilidad, dicha matriz, permite co-construir analogías en gradual complejidad ascendente. Posibilita la sistematización del proceso brindando orden y organización progresiva de sucesión a simultaneidad, de lo propio a lo común, de lo simple a lo complejo; reafirmando la transversalidad del modelo en la adaptabilidad de abordaje curricular y etario escolar.

El modelo ostenta un carácter inclusivo, conteniendo diferencias y enriqueciendo similitudes; favoreciendo el superador encuentro de similitudes en diferencias y viceversa. Componiendo vínculos virtuosos que promuevan empatizar y anudar deseos, intereses y demandas, logrando acceder a un empoderamiento del conocimiento, solidario al proceso de estructuración y desarrollo. Motivamos la implicancia que conlleva componer, individual y gru­palmente, una representación de sentido de la realidad más sana y satisfactoria. A partir de que los saberes previos se resignifiquen, el desarrollo resulte enriquecedor y la perspectiva estimulante.

En tal sentido, proponemos una reformulación de carácter formativo-pedagógica; es decir, que cada quien, cada sujeto, logre concebir para sí, lo que imagina para sí.

Los autores también han editado en la Colección Lector in fabula la obra El sonido como soporte y la música como lenguaje. Co-construyamos espacios inclusivos.

La editorial agradece el generoso aporte del artista plástico Christian Vogrich, que nos permitió en ambos casos ilustrar estas dos importantes obras con pinturas de su autoría.




lunes, 29 de junio de 2020

Ceos y la noche

Héctor Alvarez Castillo






Antología de doce cuentos del género fantástico de Héctor Alvarez Castillo, seleccionados de tres obras editadas: Metamorfosis, Gerstrauss o el amor y Naif. Del Juego a la Literatura.


Algunos de estos trabajos han sido difundidos en los últimos 25 años en distintos medios, desde sitios Web, periódicos a revistas.




Sumario:

Lo cotidiano, lo extraño, por Carlos Abraham

Palabras liminares

El guardián
Éxodo
Forastero
Las piernas de la nena
Gerstrauss o el amor
Presagio
De mamíferos voladores
Lo que le sucedió al señor Abdala
Marioneta
Metamorfosis
Tablero desierto
Ceos y la noche


Lo cotidiano, lo extraño

Los relatos de esta antología pertenecen al género fantástico, o mejor dicho a la particular vertiente rioplatense del relato fantástico, caracterizada por la profundidad intelectual, el rigor estilístico y el énfasis en lo implícito por sobre lo explícito.
Es una escuela ilustre, ya que tiene como exponentes a Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Silvina Ocampo, Ángel Bonomini, Armonía Sommers y Felisberto Hernández. Ello genera un inevitable problema en todo nuevo autor del género. ¿Cómo estar a la altura de esos nombres? ¿Cómo no repetir procedimientos, recursos, estrategias, estilos? ¿Cómo hacer un aporte válido a esa tradición que, a veces, puede ser más intimidante que estimulante? Los doce cuentos que el lector tiene en sus manos proponen una respuesta.
Pese a su variedad, están recorridos por una isotopía: la observación oblicua de su referente, la contemplación sesgada y facetada de los sucesos que historian. Ello, a la manera de un espejo deforme, genera un efecto de extrañamiento que recuerda a Kafka o a las Instrucciones para subir una escalera de Cortázar, en el cual un simple hecho cotidiano es expuesto de un modo novedoso y distanciado, generando nuevos sentidos y borrando el anquilosamiento de nuestra percepción. Lo cual, según algunas corrientes estéticas, es el objetivo último del arte.
Este grupo de cuentos es un caleidoscopio donde cada cristal brinda una imagen inquietante y perturbadora de lo que parecía sencillo y habitual. En otras palabras, genera un enriquecimiento de la realidad, una profundización de nuestra visión del mundo.

Cortázar habló del “lector macho”, que aporta su interpretación personal, que colabora activamente con el autor en la construcción del sentido de la obra, y del “lector hembra”, que se limita a recibir pasivamente lo brindado por el autor, esperando que se le explique todo, sin realizar un esfuerzo propio. Dejando de lado los términos
elegidos por el autor de Rayuela, que hoy parecerían sexistas, la idea básica es válida. Se trata de modos de aproximación al texto que reflejan dos posiciones estéticas antagónicas: la dialéctica y la meramente expositiva.
Álvarez Castillo pertenece al primer grupo. Sabe que el significado autoral es sólo parte del sentido total de una obra. Y, también, que ésta es más plena cuando el lector participa en ella, no sólo descifrando claves sino también descubriendo nuevas comarcas propuestas por la danza de palabras. Sus cuentos son llaves que el lector debe usar para entrar a la totalidad de la historia. Uno de los ejemplos más claros de esta arriesgada elección estética es El guardián, donde el sujeto de la enunciación presenta (con un estudiado laconismo) una situación macabra y a la vez enigmática, que el lector debe usar como punto de partida para su interpretación. ¿Se trata de un simple día en la vida de un encargado de una morgue, de una alegoría de un gobierno totalitario que oculta las víctimas de sus persecuciones políticas, de una metáfora de la memoria y de las cosas que va perdiendo,
de una parábola sobre el devenir de la vida humana? La
frase “los cadáveres eran del río” insinúa lo último, ya que
desde Heráclito el río es un símbolo del tiempo. Pero también
puede tratarse de cualquiera de las otras interpretaciones,
o de todas, o de otras muchas más.
No es casual que estos relatos sean doce, y menos
tratándose de un discípulo de Borges, ya que en la cábala
es el número que simboliza la perfección y la armonía.

Carlos Abraham






domingo, 28 de junio de 2020

Pensamiento griego

Alejandro Yan Martínez

En el mes de mayo del año 2019, el poeta uruguayo Alejandro Yan Martínez publicó en la Colección El barco ebrio, de nuestro sello editorial, su primer libro, el que tuvo amplia resonancia en la vecina República Oriental del Uruguay y, felizmente, ha trascendido incluso nuestro continente, divulgándose prontamente por Europa, gracias al interés que ha causado su obra. En el mes de febrero de 2020 se realizó una segunda tirada del poemario.

La edición contó con el Asesoramiento y la Coordinación de la Agente Literaria Marcela Hammerly.




El sonido como soporte y la música como lenguaje

Co-construyamos espacios inclusivos. 


David Alejandro Solana
Elizabeth Becerril Díaz



La escuela se encuentra desbordada. La educación en una situación que la supera, desfasada de la realidad.Con el sonido como soporte y la música como lenguaje se da la convergencia virtuosa entre arte, ciencia y comunicación que ha de permitir complejizar el fenómeno formativo pedagógico en sus dimensiones real, imaginaria y simbólica. Sus potenciales estructurantes y estructurales al actuar en la dinámica de la vida escolar han de propiciar determinados vínculos que, al oficiar de sostén de las prácticas, motivan los procesos de constitución subjetiva y social; mientras que los procesos de construcción cognoscente, gracias al valor connotativo de la música, han de sustentar el compromiso consecuente al placer y deleite en la co–construcción de analogías productivas entre canciones y asignaturas. No se requiere saber música, solo disfrutarla. Pues, por medio de esas canciones que nos emocionan, en las que hallamos nuestro Ser en esa música, acercamos esta propuesta inclusiva, contenedora y estimulante, respondiendo a demandas e intereses actuales, favoreciendo co–crear espacios de pensamiento crítico y vínculos intra e interpersonales, saludables y enriquecedores, donde la inteligencia cobre vida, albergando la multiplicidad de necesidades y la emergencia de nuevas subjetividades sustentada en un nuevo paradigma.


David Alejandro Solana. Musicoterapeuta por la UBA, guionista, actor de cine, teatro y publicidad. Conferencista nacional e internacional. Investigador independiente en colaboración Argentina–México. Docente.


Elizabeth Becerril Díaz. Especialista en Educación Media Superior, por la UPN. Licenciada en Ciencias de la Educación, articulista por diez años en la sección de didáctica de la Revista de Pedagogía Mexicana. Autora de textos para el bachillerato, dentro de su especialidad, para México. Conferencista nacional e internacional. Docente.



Los autores también han editado en la Colección Lector in fabula, de nuestro sello, la obra Matriz de Relación Vincular en procesos formativo pedagógicos.

La editorial agradece el generoso aporte del artista plástico Christian Vogrich, que nos permitió en ambos casos ilustrar estas dos importantes obras con pinturas de su autoría.


jueves, 4 de junio de 2020

Los Vampiros no nos dejan dormir

Selección y prólogo:
Héctor Alvarez Castillo









Esta antología reúne una interesante selección de textos y narraciones dentro del género vampírico, con alguna contribución original de autores argentinos contemporáneos.



Palabras iniciales del prólogo:

"Si al menos está en nosotros la sospecha de que seres alados, con filosos y lascivos colmillos, desean visitarnos en la oscuridad de la noche, reconozcamos que no es fácil conciliar el sueño. Cualquier ruido, crujido de puertas y muebles, ramas que agita el viento, nos desvelan en nuestro lecho, y allí permanecemos inquietos, mientras un sudor frío nos recorre el cuerpo.
Cualquier motivo que escape a nuestro control se traduce en sobresalto. Y el sonido de una voz, una ventana o una puerta que se abran, nos fijan a las sábanas."




miércoles, 3 de junio de 2020

Viajero por las Sendas de lo Oculto, un libro de relatos de Pedro Lorenti

Relatos de Magia y Espada
en el Siglo XVI 



En el mes de junio de un año distinto, debido al Covid-19, la Colección Letras del Maíz sigue ofreciendo buena literatura argentina contemporánea, en este caso, un libro que reúne seis relatos del escritor Pedro Lorenti que tienen a un protagonista central: Giácomo Dell´ Isolabella.

Un poema, como proemio que invita a la lectura, inicia la obra:




VIAJERO Y ALQUIMISTA

Viajero que te adentras en tinieblas
Que cubren a los astros y a la luna
Tu paso hiende las húmedas brumas
Sin miedo a lo que tras su velo acecha

Obra que la materia creada eleva
Secretos que a tu mente no se ocultan
Cuervo, Unicornio, Siembra, Rosas puras
Don de la Boda Regia, ansiada Piedra

Misterio que encuentras en ambas sendas
Peligro frente al cual tu espada empuñas
Amores que altos son en el camino

Lejano el horizonte con que sueñas
Hacia el que toda ruta sólo es una
Buscar el Absoluto, tu destino



Prólogo


     Partir. Todo viajero dio una vez un primer paso que lo alejó de su mundo conocido. Así, J.R.R. Tolkien pone en boca de Bilbo la idea del peligro que supone cruzar la puerta de casa, puesto que no sabemos hasta dónde nuestros pasos nos pueden llevar.
     Pero no siempre el miedo a lo que hay fuera logró contener el impulso de salir, ver, conocer, aprender…
     Desiertos, mares, guerras, barreras idiomáticas, no fueron obstáculo para ciertos espíritus aventureros, los errantes, aquellos que no se consideran de un sólo lugar, sino del ancho mundo.
     ¿Cuántas veces habrá llegado un foráneo a algún reino de una isla en el Mar Egeo, para partir al tiempo tras haber compartido con su anfitrión fuegos, banquetes y canciones?
     
¿Cuántas otras veces se habrá recibido a algún extranjero en un puesto perdido en la vasta ruta comercial asiria, trayendo noticias de reinos inimaginables, de monstruos marinos tan grandes como los barcos de los fenicios o de gente de piel oscura, tan oscura como la pez?
     Alguna tarde de verano con olor a tomillo en una fortaleza de Medina del Campo, una reina aguzaba el oído ante los asombrosos relatos del viajero protegido de Alá que conocía secretos del cielo y del mar…
     Errantes, viajeros, trotamundos, caminantes... Servirían a reinas, reyes, emperadores o emperatrices. Pelearían en batallas sin por ello tener un amo, ejercerían de consejeros, recargarían arcabuces o asesinarían a sueldo. Peregrinarían a lugares santos o se volcarían en saberes ocultos, siempre respondiendo ante sí mismos y actuando según su propio código ético.
     El valor de adentrarse tanto en una batalla como en el tenebroso camino de la alquimia. La curiosidad, la convicción de que la realidad no es sólo aquello que se ve y valer por lo que se es, ya que nada se posee.
     Esta necesidad de saber, ver, conocer, siempre existió. Claro está que, si una naturaleza aventurera se forja en la extraordinaria Florencia del siglo XVI —la de los Medici—encontrará aquello que busca; sólo tendrá que extender su mano y servirse a gusto lo que la mesa del banquete florentino ofrece. Arte, ciencia, el refinamiento de la corte de Lorenzo el Magnífico, la política y la diplomacia… Un banquete que también ofrece frutos exóticos: paños, especias, sal y piedras preciosas entre muchos otros, que llegarán de manos de los mercaderes, quienes además traen noticias de un mundo que hay ahí fuera.
     Sólo había que atreverse a remontar el Arno y navegar hasta el Mar Tirreno…

Aspasia Sikander
Madrid, en el mes de marzo de 2020


Pedro Lorenti nació en 1965 en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es abogado en su país y solicitor (N.P.) en Inglaterra y Gales. Tiene gran afición por la historia, la filosofía, la mitología y por explorar y conocer otras culturas. Su vida académica y profesional lo llevó a vivir en España, Estados Unidos, Inglaterra y Guinea Ecuatorial.
También viajó extensamente por Latinoamérica y Europa y conoció el norte de África, Canadá y el Lejano Oriente. Fruto de todo ello es ésta, su primera obra literaria. Lorenti reside actualmente en Buenos Aires con su esposa y sus dos hijas hasta que, como a Giácomo, “el horizonte inexplorado volviera a llamar a mi puerta con fuerza que me sería invencible”.


Nota: 

La obra que ilustró la tapa se titula "Alquimia" y, al igual que los otros cuadros usados para esta nota, es obra de Graciela Lorenti.

La edición de Viajero por las Sendas de lo Oculto contó con el Asesoramiento Editorial y la Coordinación de la Agente Literaria Marcela Hammerly.